domingo, 25 de julio de 2010

¿Qué tiene ese lugar que engancha a tanta gente?

Es 25 de Julio, Fiesta del Patrón de España y este año no es un 25 de Julio más, este año es Año Santo o Xacobeo o Jacobeo porque cae en Domingo y hasta dentro de 11 años no se vuelve a repetir, allá en 2021. No se sabe a ciencia cierta desde cuándo esta tradición, pero parece ser que en el año 814 se encontraron unos restos que se atribuyeron rápidamente al Apóstol Santiago. Desde entonces muchas personas han sido las que han recorrido los tramos tanto españoles como europeos para llegar a la capital gallega y postrarse ante las reliquias del Apóstol.
La Edad Media fue una época de gran auge, después se perdió un poco la tradición retomándola de nuevo en la actualidad donde cada año son miles los visitantes que llegan a la “ciudad santa de España ” para adorar al Apóstol cumpliendo promesas, haciéndole llegar sus peticiones y las de sus familiares y amigos y dándole gracias por algún que otro beneficio recibido.
Desde niño yo estoy acostumbrado a ver pasar peregrinos por mi puerta. Como muchos sabéis, soy de un pueblo por el cual pasa el camino de Santiago, Villanueva de Campeán y desde siempre he estado acostumbrado a ver gente en bici, a pie, en caballos, ..... preguntando por el albergue local para pasar la noche, una fuente donde refrescarse y saciar la sed o simplemente una sombra donde tumbarse a descansar un ratillo para proseguir al poco tiempo la marcha. Siempre me preguntaba de pequeño qué sentiría esa gente (alemanes, italianos, franceses, a parte de los españoles) o que motivo les llevaba a dejar por un tiempo su casa, su familia y coger lo imprescindible y lanzarse a la aventura viniendose a otro país a trotar caminos hacia Santiago.
Hace tres años fui por primera vez a Santiago a pasar un fin de semana con unos amigos y a medida que llegábamos a la ciudad se veían más y más peregrinos a pie, en bici,... y pensaba en mi interior: “muchos de estos habrán pasado por mi calle” recordando mis imágenes de cuando vivía en Villanueva y ahora ya llegan a la Meta, a Santiago. Entramos en la plaza del Obradoiro sobre las 11 de la mañana y una multitud de turistas, a parte de la gran cantidad de peregrinos, admiraban la fachada barroca, bien sentados en el suelo o en pie, pero todos con una sonrisa y una alegría que se les escapaba de la cara y la contagiaban a quien los miraba unos segundos. Entramos en el templo, algo había en la atmósfera que te envolvía allí. Recuerdo el olor a incienso, el pisar de la gente despacito y con respeto, pero las imágenes que más se me quedaban grabadas eran las de los peregrinos sentados por la catedral, de rodillas, pero todos rezado, susurrando cosas al Santo, pero especialmente me quedó grabada la imagen de unos peregrinos palpándose con unas gasas unas heridas en los pies, Recuerdo que el hombre era alto, fuerte y con bigote, a su lado una mujer delgadita de pelo negro y largo era quien le curaba la herida. Me conmovió aquello y por ello tras la misa cuando fuimos a dar el tradicional abrazo al Santo, en mi pensamiento estaba una petición, a parte de las mías personales, por todas aquellas personas que hacen este camino, sea desde el punto de vista religioso, cultural, .... y me vuelvo a preguntar ¿qué tiene ese lugar que engancha a tanta gente?
Saludos a todos
Horacio (Razieddu)

Foto: Horacio Navas Juan

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